Una gallega en Iruya. Si me lees desde España seguro que estás pensando que se me ha ido la pinza. Si me lees desde Argentina es posible que le encuentres sentido a la frase. Y, si formas parte de Zapato Veloz Coyita, no tengo duda de que lo has leído cantando. Esta crónica no podía ser otra cosa que una Pandeirada Sideral.

Caminos del Norte en Foco
Caminos del Norte en Foco es un proyecto de Nico y Juan que busca compaginar la fotografía con la maravillosa región del norte argentino. Este viaje superó todas mis expectativas. Gracias chicos por organizar un recorrido espectacular y acompañarlo de buena onda y buen vino.


Gracias también a Pitu e Iván por compartir estos días de puro disfrute y desconexión. Aunque a veces olvidáramos que habíamos venido a hacer fotos, alguna acabamos haciendo. Ahí va un pequeño resumen fotográfico de esta nueva aventura.

Nuestro recorrido
Tras abandonar Salta, nuestra primera parada fue la casa de la familia Lamas en Hornaditas. De allí nos dirigimos a Iruya y al día siguiente a San Isidro. Abandonamos Iruya por la ruta que pasa por Pueblo Viejo y tenemos la suerte de encontrarnos con la romería en honor a la Virgen de Fátima. Llegamos a la laguna de Pozuelos para disfrutar del atardecer y nos levantamos con el espectacular entorno del Huancar. Después de las despedidas, Juan, Nico, Iván y Pitu regresan a Salta mientras que yo me dirijo a la Quiaca para continuar mi viaje en 45mm.

Un viaje en 45mm
Tras dejar atrás los meses en Argentina, me dispongo a recorrer parte de Bolivia, Brasil y Colombia. Parafraseando a Machado, copiando a Mújica. Me dispongo a viajar ligera de equipaje. Decido quedarme solo con el objetivo fijo de 45mm para mi cámara. Veremos que sale.

Ahí va uno de esos posts a través del espejo. Con más imágenes que palabras. Con banda sonora sideral. Cuál casete de 500 millas atascado en el Fiero de Marshall, el tema de Zapato Veloz se convierte en el hilo conductor de nuestro viaje. Los pandeiros, gaitas y floreiros se entrecruzan con las lentes, exposiciones y composiciones. Hay un gallego en la luna que ha venido del Ferrol.
Hornaditas y la familia Lamas
Llegamos a casa de la familia Lamas al atardecer. Allí, en plena Quebrada de Humahuaca, vive esta familia de origen diaguita. Desde hace años han decidido ofrecer su casa y su hospitalidad a los turistas como nosotros.
Una noche en casa de los Lamas
Nos reciben con un té de muña muña para calentar el espíritu. No en vano, nos encontramos a más de 3000 metros de altitud y la puna empieza a hacerse presente.

La casa de los lamas es un museo en si mismo. Es imposible dejar de fotografiar cada detalle y cada rincón.

Pronto Clarita nos hace soltar la cámara. Es la hora de la chacarera. Muchas risas y no tanto ritmo acompañan nuestros bailes.

La altura se nota, dejamos el ejercicio físico y montamos una timba de UNO. A ver si adivináis quién va perdiendo…

Mientras tanto, Clarita, Héctor e Ismael van preparando la cena.



Una cena a base de productos de proximidad, una cena Kilómetro 0. Carne de cabrito y llama a la brasa. Queso de cabra. Papas, papines y choclo. Todo delicioso.


Además de cocinar muy rico, Clarita también teje. Nos muestra algunos de sus diseños. Medias y gorros de lana de llama. Iván no se resiste a llevarse uno.

Paseando por Hornaditas
A la mañana siguiente Héctor nos acompaña a visitar los alrededores de su casa.

Visitamos las plantaciones de maíz mientras Héctor habla de su ascendencia. -Nosotros somos diaguitas, los incas llegaron más tarde y nos invadieron. Después llegaron también los españoles. Pero nosotros nos reconocemos diaguitas de Hornaditas.- Refiere mientras nos muestra los diferentes tipos de choclo.



Antes de regresar a la casa, Héctor nos acompaña hasta el corral donde guardan las llamas. Son muy tranquilas, se dejan tocar e, incluso, se ponen cariñosas.




Una gallega en Iruya
Tras despedirnos de la familia Lamas al completo, (hoy se celebra el día del trabajo y han venido a comer su hija, su yerno y su nieto Lolo), ponemos rumbo a Iruya. Nos esperan 57 km de ripio que nos llevarán casi 2h de viaje. Un tractor amarillo. Pandeirada Sideral. Mates charros. No te esperabas este hilo musical ¿eh?
Después de una hora de viaje, alcanzamos el Abra del Cóndor, mirador situado a 4000msm y punto fronterizo entre las provincias de Salta y Jujuy.

Un poco más adelante un cartel llama nuestra atención: fotos. Aquí obtenemos las famosas vistas del pueblo de Iruya, escondido entre las montañas. Un cable afea el encuadre. Claramente no se trata de un croma.

Mirador del Cóndor
Después de comer ligero (hay que ser cautos con la altura), nos dirigimos hacia el mirador del cóndor. Este mirador, situado a 2,5 km del centro de Iruya se encuentra a 3000 msm por lo que el desnivel positivo desde el pueblo es de alrededor de 300metros.
Nosotros hicimos un poco de trampa y nos saltamos el primer kilómetro de ascenso. Llegamos en camioneta hasta el inicio del sendero.

La subida nos llevó unos 45 minutos y, tras ella, pudimos disfrutar de las espectaculares vistas del pueblo y los cerros circundantes.

Atardeceres en Iruya
Después de cruzar el puente que une los dos barrios de Iruya, hacemos una parada en el mirador de la Iglesia para probar el famoso Api de maíz morado.


Payru y el comedor Poroto
Antes de subir al mirador, nos cruzamos con Payru. Patricio de Iruya. Nos informa de que esta noche dará un concierto folclórico en el comedor de Poroto y no podemos faltar. Reservamos nuestra mesa. Tras un par de partidas de pool, nos presentamos puntuales para el espectáculo.

Pedimos unas deliciosas empanadas para cenar y las acompañamos con un vino de altura. No puede faltar el vino y la gastronomía en los viajes de Nico y Juan. Son parte indispensable de la aventura

Payru empieza con su repertorio y es imposible no seguirlo. Cantos y bailes. Chacareras y cuartetos. Se va la luz, pero nadie quiere abandonar la fiesta.
Cierren la puerta, echen la llave que del Poroto nadie se va
Rimas de Payru en el Poroto
Mirador de la Cruz
Aprovechamos la mañana para subir al otro mirador de Iruya, el mirador de la Cruz. Este se encuentra a unos 20 minutos del centro y la subida es mucho más sencilla, aunque las vistas son mucho menos espectaculares.


Al bajar, nos cruzamos de nuevo con Payru que nos pide que grabemos un vídeo para promocionar su instagram. Personaje donde los haya, le pedimos se aprenda la Pandeirada Sideral para nuestra próxima visita. Aprovechamos el momento también para hacer acopio de chipás de quinoa y cebolla. Deliciosas.
San Isidro
Ruta a San Isidro
Nos dirigimos a nuestra próxima parada, el pueblo peatonal de San Isidro. Para acceder a él hay que cruzar el río en varias ocasiones. Las crecidas veraniegas destruyen el camino cada año y, en muchas ocasiones no se puede acceder en vehículo.

Si decides ir caminando, unos 8 kilómetros de ida, recuerda ir ligero de equipaje. Deberás descalzarte en varios lugares para cruzar el río y, al llegar, tendrás que subir los 56 escalones que dan acceso al pueblo.
Las vistas durante el camino son espectaculares. Disfrutarás de cada paso. Querrás hacer una foto en cada rincón. Hacemos una primera parada en la zona de unión entre los ríos Milmahuasi y Colanzulí. Aquí podemos ver como durante un tiempo las aguas de ambos ríos no se mezclan, corren separadas.

San Isidro
El pueblo está detenido en el tiempo. Los burros campan a sus anchas por las estrechas y empedradas calles. El silencio gobierna el lugar. Los lugareños saludan a los pocos turistas que llegan hasta aquí.


Siguiendo las flechas amarillas. Allí donde el pueblo termina. Allá donde se escucha el silencio. Allí nos espera Edmundo para abrirnos las puertas de su posada. Bienvenidos a Los Álamos.

Muestras de identidad andina en cada rincón. Charqui. Chivos. Choclo.



Desde la casa de Edmundo nos dirigimos al comedor de Teresa. Sus empanadas de queso están en el top five de las que he probado nunca. Las bombas de patata sublimes. Salivo solo de pensarlo.

Mirador de San Isidro
Seguimos caminando para alcanzar el mirador de San Isidro y su cementerio. La última puerta.. Más que para Zapato veloz esto va para la portada de un disco de Dark Metal.


Volvemos a casa para cenar. Nos espera un delicioso guiso. Juan baja a por vino para acompañar la cena y se encuentra con Dulce. Es la misma niña que fotografió hace 6 años. Merece una segunda toma.

Disfrutamos de la noche estrellada que nos acompaña en nuestro camino. Intentamos también hacer alguna foto pero los equipos no son los más adecuados.
Pueblo Viejo y la Virgen de Fátima
De camino a Abra Pampa nos encontramos con la fiesta patronal de Pueblo Viejo. La Virgen de Fátima. Por un momento nos creemos Cristina García Rodero (ojalá) y nos entremezclamos con la gente para fotografiar la romería.

Devoción,



Gauchos,


Mucha música,




y aún más historias en los márgenes.



Al llegar, tenemos la suerte de encontrarnos con Luis de @intangiblepatrimonio que nos cuenta varias cosas de la fiesta y el lugar.
Varios de los lugareños también se acercan y nos invitan a chicha y gaseosa. Gracias. Un lujo compartir estos momentos. Estamos tentados a quedarnos a la comida popular, pero queremos llegar a la laguna de Pozuelos antes de que anochezca. Será para la próxima.
Laguna de Pozuelos
Continuamos camino disfrutando de las espectaculares vistas de la Puna.


Después de una pequeña parada en Abra Pampa para comer seguimos camino hasta la laguna de Pozuelos.

Las vicuñas llegan a nuestro encuentro.


Los flamencos se sitúan lejos de nuestro objetivo.

La inmensidad se presenta ante nosotros.

Las huellas dirigen nuestros pasos

No puede faltar el mate.

Aunque, después de un espectacular atardecer


también pintó una maravillosa picada. Cuál gallego en la luna, hemos conquistado este planeta.

El Huancar
Llegamos en plena noche a nuestra casa de hoy. En el medio de la nada. Bajo el espectacular cielo de la puna. Sócrates e Ivonne nos esperan con la cena hecha. Maravilloso lugar y deliciosa comida. Puedes encontrarlo en booking como Cabaña Huancar Huasi Rumi (casa de piedra).

Anoche no se veía nada. Por la mañana nos espera una sorpresa. Nuestra casa se encuentra bajo una gran duna de arena. El Huancar. Salimos a inspeccionar el lugar.
Una pequeña laguna nos hace afilar los objetivos. Está vez los flamencos están un poco más cerca.

Las leyendas del lugar acompañan nuestros pasos. Huancar significa tambor, nos cuenta Sócrates. ¿Habéis escuchado su ritmo al caminar sobre las arenas?

Los chicos se aventuran sobre la duna. Sus pasos retumban en la grabación. Bienvenidos al Huancar.

Llegan Sócrates, Santino y Siro con Nuna. Alma es el nombre en quechua de esta llama que la familia crío a base de biberones después de ser abandonada por su madre.

La llegada de Santino y Siro reactiva las ganas de jugar de Iván. Torneo de botella. Al mejor de 10.

Antes de abandonar el lugar, devolvemos al Huancar lo que llevamos en nuestros zapatos.

Nos despedimos agradeciendo a Sócrates por tanto.

Tras una última comida en Abra Pampa, me dirijo a la terminal de buses para alcanzar mi próximo destino: La Quiaca.

¡Gracias por tanto chicos! Nos volveremos a encontrar en el camino.

¡Hasta aquí el post de hoy! ¡Nos leemos en breve!

¡Que hermosa crónica! ¡Y qué fotos!
Que nunca falte la pandeirada sideral en los Caminos del Norte. ¡Muchas gracias, Patri! Buen camino. ¡Salud!
Un lujo compartir estos días de risas y fotografías! Nos volveremos a encontrar en el camino! Un abrazo!